Me molesta que como recurso didáctico ante una situación de caos en los niños se nos recomiende utilizar el levantamiento del tono de voz, aunque digan que no para mi eso es gritar, yo crecí con el grito presente, sera por eso que me molesta tanto cuando alguien grita. Siempre afirme que las palabras ejecutadas en un tono alto son balas y aun más cuando se gritan, y es así, lastiman, hieren. Hay profesoras que se piensan que gritando se las escucha mejor, eso me saca, me enoja, y a su vez me enoja mucho enojarme, porque tanto que me enojo me pongo triste... Y eso que hay muy pero muy pocas cosas que me sacan, pero que me re-sacan y el grito es una de ellas... mi teoría es que por culpa del grito en la infancia hoy nadie escucha... nadie mira a ver que es lo que realmente necesita el otro... a nadie le importa lo que siente el otro... porque gritar es más fácil que escuchar... gritar es más fácil que abrir los ojos y buscar una buena estrategia educativa alternativa que resulte más positiva para captar la atención del otro sin necesidad de esa acción tan agresiva... Yo nunca grito, o al menos casi nunca porque si estoy a muchos metros de alguien que se ha olvidado algo mientras se esta yendo, suena comprensible elevar el tono de voz para que se detenga, gire su cabeza y pueda escuchar lo que intento decir... pero si no es en uno de esos casos, nunca grito, a veces me enojo, pero me enojo mucho, mucho, mucho con algunas injusticias pero ni siquiera en esos momentos grito... No quiero ser ejemplo de nadie, pero estaría bueno que mucha gente copie esta acción ....
"La docencia es una labor muy compleja cuyo valor debe reivindicarse continuamente como contribución a la mejora de la sociedad. El docente es un agente de cambio social, y ante ese cambio social debe ser un modelo, un referente moral, un ejemplo de conducta."
Docentes y niños a los gritos
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